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Feliz día del niño




Aquéllos días en los que las decisiones importantes se tomaban con un "piedra, papel ó tijeras", y en los que se podía detener el curso de la vida si las cosas se nos complicaban con un simple "no vale, eso es trampa"... Aquéllos días hermosos y entrañables de nuestra infancia fueron tal vez los mejores días de nuestra vida.

Y, ¿cómo no extrañarlos y añorarlos si...

-Los errores se arreglaban diciendo simplemente "va otra vez".
-El peor castigo era que te hicieran escribir 100 veces "No debo hablar en clase"
-Tener mucho dinero sólo significaba poder comprarte un helado o un raspado a la salida del cole.
-El mejor día de la semana era el viernes, cuando podías irte a comer y a pasar toda la tarde en la casa de tu amiga Cecilia.
-Hacer una montaña de arena afuera de la casa de Victor podí­a mantenernos felizmente ocupados durante toda la tarde.
-Podías salvar a todos tus amigos con sólo un grito: '¡Un, dos, tres por mí y por todos mis compañeros!"
-Siempre descubrí­as tus más ocultas habilidades, a causa de un "A que no haces esto"
-"¡Tonto el último!" nos hací­a correr como locos hasta que sentí­amos que el corazón se nos salí­a del pecho.
-Los globos de agua eran el arma más moderna, poderosa y eficiente del mundo.
-Los hermanos mayores eran el peor de los tormentos, pero también los más fieles y feroces protectores.
-Los hermanos menores eran tu juguete, jajaja, aunque a veces se nos pasara la mano. Ups, perdón, Jesús.
-Nunca faltaban los regalos de los Reyes Magos, ni el dinero que nos dejaba el Ratón Pérez bajo la almohada.
-"Guerra" sólo significaba arrojarse gises y bolas de papel durante las horas libres en el salón de clases.
-Los helados y la leche de chocolate con galletas constituí­an el grupo de los alimentos básicos y esenciales.
-Quitar las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida. Y ponerle un Frutsi detrás y convertirla en motocicleta era una gran aventura.
-El mayor negocio del siglo era conseguir cambiar las estampas repetidas por las que tanto buscabas.
-Hacer campamentos con sábanas dentro de la recámara era un juego inigualable.
-Esperar El Chavo del Ocho por una semana era ¡demasiado!
-Ponerte el disfraz de Supermán ó, en mi caso, de La Mujer Maravilla y no quitártelo por días realmente te hacía sentir como un super-héroe.

No necesitábamos nada más que un balón, unas canicas y dos amigos para ser realmente felices. Ahhhh, qué tiempos. (Suspiro)

Hoy quiero hacer un homenaje a la niña que fui y darle las gracias a mi madre por haber hecho mi infancia tan hermosa y mágica. ¡Gracias, mamá, por los cuentos, los sandwiches, los incontables juegos, las navidades y los mejores recuerdos de mi vida!



Finalmente, quiero compartir con ustedes una frase de la canción "El primer amor" de Pablo Milanés: "Adiós, infancia. Ojalá que te recuerde en mi vejez con amor".

:) FELIZ DÍA DEL NIÑO.

PD. ¡Las traes!