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¿Tienes membresía?


Lo que está ocurriendo en España y en México actualmente, me recordó que el hombre, en general, todavía tiene miedo de sentirse libremente solo y por ello necesita pertenecer a grupos sociales. Tener alguna membresía te hace lograr identificación, inclusive contigo mismo. Estamos evitando ser personas, porque consideramos que es mejor ser miembros de un grupo. Debes ser zapatista, panista, anarquista, masón. No se vale en estos tiempos que seas simplemente una persona.

En México a un senador, al oponerse al incremento del I.V.A. y además negarse a asistir a la sesión (acto que yo aprecio), le ha ido “como en feria”. No dejó satisfechos a los de su partido ni a los de la oposición, quienes le exigían que se inmolara. Mi amigo Alex me preguntó: “¿Cómo puedes alabar a un senador coyón?” Me imagino que “coyón” debe hacer alusión a la cualidad de los coyotes, al gruñir y tirar mordidas laterales, pero nunca atacar de frente.

¿No estamos oyendo a miembros de un grupo gritarle a miembros de otro grupo? Yo no veo que a este senador se le permita ser una persona autónoma. Y es que en el senado hay muchos miembros de grupos diferentes que opinan y votan, pero siempre de acuerdo con su grupo. Qué triste.

Luego, en esta semana, mientras el presidente Felipe Calderón habla de “olvidar colores partidistas y dejar atrás recriminaciones y señalamientos absurdos” y Manuel Duarte informa que impulsará una reforma legal para imponer pena vitalicia a secuestradores, los políticos encargados de las decisiones están demasiado ocupados con las elecciones y las candidaturas como para pensar en trabajar. Y habiendo tantos grupos internacionales (pacifistas, justicieros, ecólogos, derechólogos humanos) que desean controlar a todos los demás grupos, lo que está ocurriendo en medio de esta lucha de poderes es que los grupos criminales se están radicalizando. Grave. Balaceras todos los días.

Los zetas esclavizan a los ciudadanos. Algunos ciudadanos se oponen a la lucha contra el crimen, porque apoyan a la oposición. Otros ciudadanos, que están con el gobierno en turno, creen ciegamente que se está haciendo una buena labor. Los ganaderos apoyan al PRI. EL PRD apoya al SME y a los zapatistas. EL PAN y el PRD se matan entre sí. Pues claro, es muy difícil en estos tiempos intentar ser persona en México.

Tengo miedo de que pronto en mi país ya no puedas decir quién eres sin decir a qué grupo perteneces. Así era en Madrid en los aciagos tiempos divididos de la República, por allá de 1936. Tenías que definirte: podías ser monárquico, falangista, republicano, comunista, socialista, fascista, anarquista, algo. Pero no se valía que fueras persona. Nadie te lo permitía, te fusilaban. Entonces tenías que definirte. Carajo.

Recuerdo que en 1995, María de los Ángeles se puso un hermoso delantal masónico para demostrar, con todos esos ropajes, que antes de ser persona se tiene una alta membresía en algún grupo. Y el jefe masón gritó: “La situación que hoy se vive obliga a todos a definirse, a mostrar sus verdaderas convicciones y cuál es su militancia. Hoy no caben los simuladores”. En esa ceremonia, María de los Ángeles, a pesar de tener un nombre cristiano, gritó con los masones el gruñido de guerra: “¡Duro, duro, duro, duro!” Entonces, ¿se trata de golpear a los del otro grupo? Pues defínete. ¿A qué grupo perteneces? Si no eres de tal o cual, no eres nadie.

Esos mismos gruñidos se oyeron expresados por muchos bandos españoles cuando enterraban a sus líderes asesinados. Eso de darse duro calentó el fogón y propagó la chispa de la conflagración. Hubo un millón de muertos porque ser español no era suficiente. Como si ser español libre o ser mexicano libre no fuera suficiente definición.

Algún día se va a escribir la historia de estos tiempos como tiempos oscuros durante los cuales todavía la gente cree necesario pertenecer a uno o varios grupos humanos para sentirse alguien. A pesar de que Octavio Paz piense que el hombre se ha liberado de los grandes nubarrones que significan los estados totalitarios, las ganas de totalizar siguen vivas y coleando.

En Estados Unidos no puedes ser un simple moreno. Tienes que definirte como africano, hispano o indígena. En Venezuela tienes que apoyar al gobierno. Sí o sí, no hay más. En México hay territorios en los que se presume que ya no hay alcohol ni prostitución. En esa zona, ¿está prohibido pecar? Pues entonces todos se irán al cielo por fuerza. ¿No es ésta la manifestación de un grupo fundamentalista peligroso?

Pues sí. Al parecer en el mundo se atenta poco a poco contra las personas libres. Dime con quién andas y te diré quién eres. Y ¿si no andas con nadie? ¡Albricias, eres persona, eres libre! Por eso celebro lo que está ocurriendo en España. Esas movilizaciones pacíficas me devuelven la esperanza. Ver a todas esas personas unidas me hace pensar en que al fin existe un grupo en el que se puede tener una membresía por ser persona, por pensar independiente, por no pertenecer… Felicidades porque la utopía es el germen que genera el cambio. Sin ese espíritu jamás se hubiera logrado nada en la historia de la humanidad. Espero que todos los que integran este movimiento mantengan la esperanza y sigan siendo libres.